miércoles, 28 de abril de 2010
PRIMERO DE MAYO
MANIFIESTO DEL 1º DE MAYO DE 2010
Nunca como en la actualidad el 1º DE MAYO, LA FIESTA DEL TRABAJO, se ha teñido de tanto dramatismo y dolor. El drama de millones de trabajadores y trabajadores a los que se les ha usurpado un derecho legítimo y propio, el del Trabajo, para convertirlos en víctimas de una agresión sin precedentes. El dolor de millones de personas, y de sus familias, que ven impotentes como las tropelías de otros les convierten en esclavos de la sinrazón y el abandono.
El 1º DE MAYO, Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, simboliza, y debe serlo más que nunca, la lucha permanente que mantenemos contra la patronal y el gobierno para conseguir una sociedad basada en la Igualdad para todos y para todas, en los derechos laborales y sociales, los servicios públicos, la libertad y la justicia social.
Un 1º DE MAYO para gritar, exigir, reivindicar clara y rotundamente en las calles que tienen que ser los culpables, es decir, los banqueros, la patronal, los gobiernos, quienes paguen la crisis que han provocado intencionadamente y a la que nos han arrojado como despojos después de exprimirnos hasta la última gota, reduciéndonos a la condición de esclavos, controlando nuestro derecho al trabajo, a la salud y a nuestra vida. Los trabajadores y trabajadoras estamos perdiendo el trabajo, la vivienda, el derecho a la educación, a la sanidad, a una pensión pública,. . . a la propia felicidad en el presente y en el futuro.
Este 1º DE MAYO queremos, y debemos, volver a recordar todas las luchas históricas que internacionalmente hemos mantenido por una nueva sociedad en libertad y también todas las luchas presentes que dignamente seguimos manteniendo día a día contra el inmoral y criminal capitalismo que nos explota y maneja miserablemente (luchando contra los cierre de empresas, contra los EREs, contra los despidos, contratas y subcontratas, privatizaciones; contra los desahucios, embargos, horas extras, recortes salariales, por el derecho a las pensiones públicas, por la cobertura de prestaciones para todas las personas desempleadas, por poner la vida y los cuidados en el centro de nuestras vidas, contra la represión y el recorte de las libertades…).
Hoy también sigue siendo necesaria la lucha para impedir que no se pacte con la patronal y el gobierno a espaldas de los trabajadores y trabajadoras, en contra de nuestros intereses, que se rechace el pacto de una nueva reforma laboral para conseguir el despido libre y gratuito, el pacto para alargar la edad de jubilación, para prolongar la jornada laboral, para privatizar los servicios públicos, para negar la negociación colectiva y tantos y tantos desmanes, como la corrupción generalizada dentro de la política y las instituciones, el despilfarro del dinero público y el ninguneo constante de nuestros derechos.
Hoy hay que exigir al gobierno que cualquier que cualquier reducción del déficit público debe hacerse aumentando los ingresos en lugar de reduciendo los gastos sociales, las prestaciones para los desempleados y precarios o reduciendo los salarios y despidiendo a miles de personas; todo ello manteniendo el mismo modelo social y productivo basado en la en la productividad y el consumismo.
Los trabajadores estamos hartos de apretarnos el cinturón y todo para que unos pocos miserables ricos sean los dueños de nuestra vida, nuestra salud, los dueños de la tierra, los recursos naturales, de los medios de producción y comercialización, del agua, de la energía, de los medios de comunicación; todo ello con la complicidad de un entramado institucional en el que las personas sólo somos mercancías, objetos, como piezas de usar y tirar en su vorágine de exterminio y explotación.
En Segovia el escenario es igual o peor, dadas las características de nuestra ciudad y provincia, sometida al dictado de un caciquismo tan rancio que expira hedor por todos sus poros, víctima también de un paro galopante y una sangría laboral que parece no tener fin. EREs, cierre de empresas, proyectos agresores del medio ambiente que simbolizan la especulación y el enriquecimiento ilícito jalonan una realidad de desesperación y dolor en la que la patronal y las instituciones provocan y consienten atropellos sin fin hacia una sociedad que parece adormecida e invisible.
Hay que unirse en la acción, todos los hombres y mujeres, trabajadores y trabajadoras, libres, juntos, uniendo nuestra rebeldía e insumisión, en defensa de nuestros derechos a nivel local e internacional, sin fronteras, sin divisiones entre autóctonos y extranjeros, entre mayores y jóvenes, intelectuales, estudiantes,, parados, excluidos, todos luchando por un mundo mejor. Un mundo que existe, que es posible y que con la participación libre, decidida y consciente podemos conseguir.
HOYA MÁS QUE NUNCA HAY QUE DECIR ¡¡ BASTA YA ¡!. ¡¡ A LA CALLE QUE YA ES HORA, HASTA LA HUELGA GENERAL ¡!
¡¡¡ SALUD ¡!!
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